jueves, 9 de marzo de 2006

Amores que Matan

Buscando una fría en un colmadón de la José Contreras escuché la canción, me enteré que la cantaba Vicente Fernández y decidí buscar la letra, pues se parece mucho a lo que ahora siento por ti:

El día que te encontré me enamoré
tú sabes que yo nunca lo he negado
con saña me lograste enloquecer
y yo caí en tu trampa ilusionado
(…)
por tu maldito amor
no puedo terminar con tantas penas
quisiera reventarme hasta las venas
por tu maldito amor, por tu maldito amor
(…)
no quiero que regreses nunca, no,
prefiero la derrota entre mis manos
si ayer tu nombre tanto pronuncié
hoy mírame rompiéndome los labios


Hoy por fin saqué la fuerza para confesar públicamente que por fin me libré de tu maldito amor, después de dieciocho largos años contigo...
Es Gina quien tiene el desafortunado mérito de habernos juntado, aquel verano de mi adolescencia. Yo ya te había visto, pero no te había prestado atención. No sé si sería curiosidad, ganas de llevar la contraria, o simplemente es que fui iluso, pero el hecho es que de repente pasé de verte en los sitios a salir contigo. Primero fue a escondidas, luego con el conocimiento y consentimiento de unos pocos, y al final públicamente.

Cuando se enteraron en casa se quisieron morir y no los culpo. Les prometí que te iba a dejar, pero no lo hice, sino que seguí buscándote a escondidas. Dejé de escuchar las voces que me aconsejaban que no siguiera contigo, pero ya me había acostumbrado a ti y te necesitaba cada vez más.

Si bien es cierto que estabas conmigo en los momentos de ansiedad y en los de alegría, también lo es que cuando no estaba contigo estaba pensando en volver a tenerte. Hubo ocasiones en que fuiste lo primero y lo último de mi día, hasta llegaste a ir de viaje conmigo, y cuando me mudé solo, aprovechaste para atacar con más fuerza. Tu presencia en mi casa era ya necesaria en mis noches de soledad.

Sin embargo, de buenas a primeras, casi dos décadas más tarde, vi la luz. Así, sin más ni más, sin tener que pasar por un trauma ni tomar una decisión basada en el miedo. No sé como pude estar ciego tanto tiempo. Bien dicen por ahí que hay amores que matan. Ahora que me doy cuenta de a cuántos otros has dañado como a mí, sólo deseo que pueda volver a ser el mismo por dentro, aunque me tome años lograrlo.

Ya no te quiero más en mi vida. Mis labios se olvidaron de ti, mis dedos no se van a volver a ensuciar tocándote. Fuera para siempre... ¡Fuera de mi vida, Marlboro Lights!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los que te queremos valoramos tu desicion, animo!!!

Anónimo dijo...

decisión, disculpa