lunes, 29 de junio de 2015

El Hijo Mayor - O Cómo Alegrarse con el Bien Ajeno


He esperado varios días para emitir mi opinión sobre la decisión de la Suprema Corte en USA sobre el matrimonio homosexual. Y es que me enseñaron hace tiempo que es sabio poner espacio entre el estímulo y la respuesta. Pues esta es mi respuesta, cuatro días más tarde, sobre los sucesos históricos de la semana pasada.

A raíz de un acto de apoyo tan sencillo como vestir mi perfil de Facebook con la bandera del arco iris, he tenido un fin de semana de lo más interesante, al observar muestras de amor y odio, ambos igualmente fuertes. En lo particular, me sorprendieron las muestras de amor de gente que ni me imaginaba, pero he hecho una breve y masoquista navegación y he observado escandalizado como se han escandalizado algunos, y como sus reacciones, en vez de ser de sana disensión, han sido de franco repudio.

Mi expresión y opinión sobre este tema, que no debe sorprender a nadie, servirá como “auto filtro” para aquellas famosas limpiezas de contactos que tanto anuncio y nunca hago, porque esta vez ni tendré que borrar a nadie, sino que va a limpiarse solito mi Facebook. Lamentable o afortunadamente en este despertar veré irse a mucha gente que creía amorosas, respetuosas, e inteligentes y que en realidad prefieren ver su verdad como la verdad.

Ahora, si decidiste quedarte y seguir leyendo, para luego contradecirme en mi propio blog o en mi muro, que sepas que no estoy buscando con esta publicación ningún tipo de discusión, sino de expresión, y que no te quiero imponer mi criterio y por lo tanto no me trates de imponer el tuyo.

Pues lo dicho, que a mí me parece estupendo que las parejas gay se puedan casar, por la misma razón que me hubiera parecido estupendo si hubiera vivido en aquella época el sufragio femenino, la abolición de la esclavitud o el fin de la inquisición. Porque se trata de igualdad, de un triunfo del civismo y de los derechos humanos. El título de esta entrada lo explica. Hay que alegrarse cuando al otro le pasa algo bueno. Si no le pasa eso a usted, entonces tiene problemas serios.

Aprovecho este espacio público para educar un poco a mucha gente que opina sin tomarse ni siquiera el tiempo de investigar sobre aquello que opina. Según pude averiguar en Google, algunos de los beneficios que se obtuvieron la semana pasada incluyen:

· Visitas hospitalarias. Las parejas casadas tienen derecho a visitarse mutuamente en centros hospitalarios y hacer decisiones médicas en nombre del cónyuge en casos de emergencia. Si te parece poco dedica unos minutos a ver este video de alguien a quien le negaron ese simple derecho: https://www.youtube.com/watch?v=k2CdX_y9L9w

· Beneficios conyugales de Seguro Social. Si uno de los cónyuges fallece, sus beneficios corresponden al cónyuge vivo. Como debe ser. Como esperas que pase con tu pareja que ha trabajado contigo y ha vivido contigo a través de los años. Explícale que no estás de acuerdo a esta pareja que tiene 54 años juntos:
http://www.huffingtonpost.com/2015/06/29/first-same-sex-couple-dallas-jack-evans-george-harris_n_7684464.html

· Inmigración y residencia legal. Los gay casados con extranjeros ahora pueden ayudar a su cónyuge a tramitar un visado de reunificación familiar para obtener la residencia y evitar que su pareja sea deportada. Yo conozco personalmente una pareja que lloró de emoción debido a este punto precisamente. Ahora pueden seguir juntos en USA, no con miedo a la separación inminente que les quitaba el sueño.

· Seguro médico. El simple derecho de incluir a tu pareja en tu seguro, como que parece muy lógico y sin embargo no todas las empresas apoyaban esta iniciativa, en algunos casos por intereses económicos más que morales o religiosos.

· Licencia familiar de días laborables. Las parejas gay casadas ahora tienen igual derecho que los heterosexuales a solicitar permisos de ausencia prolongada en sus lugares de trabajo para cuidar a un cónyuge convaleciente sin perder su empleo. Esta es para mí una de las mayores victorias obtenidas.

Hay otras ventajas como el no tener que pagar impuesto de herencia o sucesión, o como poder planear vivir juntos en un hogar de ancianos, y muchas otras ventajas, no cruciales como las que he mencionado, pero que siguen representando igualdad de derechos. Ah, pero es que la igualdad de DEBERES nunca ha sido debatida, ¡En eso estamos todos de acuerdo!

Ahora bien, si usted considera que esos derechos solo le corresponden a aquellas personas que tienen la suerte de ser heterosexuales, pues revise sus creencias sobre el amor y no se escude en su religión cuando usted sabe muy bien que se trata de asuntos legales.

Cuando digo “la suerte” de ser heterosexual quiero hacer un alto para que se entienda. Usted tiene suerte de amar sin ser señalado, de ser usted mismo sin tener que dar explicaciones. Usted tiene suerte de no ser discriminado, acusado, o hasta repudiado. Usted tiene suerte de poder procrear de manera natural como biológicamente puede hacerlo una pareja heterosexual. Usted y yo somos producto de un espermatozoide y un óvulo, en muchos casos fruto del amor, y esto es algo bello que me encantaría que todo el mundo pudiera tener, pero no es tan sencillo. La capacidad de procreación nos fue dada casi a todos, pero no así la capacidad de acceder a ella a través del amor. Y en esto no hay ley ni Suprema Corte que pueda otorgar la bendición divina de convertir el amor en vida.

Una persona inteligente no elige ese destino para sí. Yo opino que hay que ser muy bruto para ELEGIR un camino tan difícil. ¿Cuándo eligió usted ser heterosexual? ¿Cuándo se dio cuenta que lo era? Y es que el tema de la discusión de toda la vida es que no existe tal cosa como “preferencia” sexual. Se prefiere un sabor de helado o un color de ropa, pero se nace con una orientación sexual, es parte de la creación. Que una persona elija “ejercer” o no su orientación no lo exime de seguir siendo homosexual. Este es un tema que puede tardarse décadas en el debate, pero solo se entiende con ojos y corazón abierto. Hay personas que no son como tú, ni aunque quisieran serlo lo podrán ser. Supéralo, porque ellos probablemente ya lo superaron y no le dan tantas vueltas al asunto como tú.

Finalmente, debe entenderse que con esta conquista de los derechos humanos no peligra el sacramento del matrimonio, al cual defiendo a capa y espada. Tampoco hay que temer un resquebrajamiento de la sociedad establecida, como algunos apocalípticos insisten en anunciar. La ley que aprueba el matrimonio gay, así como NO promueve la homosexualidad, tampoco evita que esta ocurra. En otras palabras, si la ley no se hubiera aprobado, seguirían amándose personas del mismo sexo. Se amarían sin derechos, pero se amarían.

Yo soy católico, y tuve una educación (privilegiada, estupenda) basada en el temor de un Dios exigente y severo, un juez implacable, castigador, terrible. Y muchos años después alguien me hablo de un Dios que ni siquiera es amoroso, sino que es amor, es EL amor. El Dios del perdón, de la libertad, de la vida. No todos tienen la dicha de revisitar su fe como lo pude hacer yo. Y por eso decidí seguir siendo católico, y lo seguiré siendo a pesar del repudio de muchos “hermanos” que entienden que lo que está ocurriendo con esta aprobación es, cito, “asqueroso”, “abominable” y otros adjetivos cuyo uso implica odio, oscuridad del alma y falta de amor. Ellos no conocen al Dios que yo conozco, pero no por eso dejo de amarlos (aunque puedo amarlos desde lejos, fuera de mi muro).

Como dice una amiga mía, querida, católica también, informada, culta, y sobre todo llena de amor, en referencia a este hecho y poniendo como comparación la parábola del hijo pródigo:
“Esta es la historia del hijo mayor incapaz de alegrarse porque su hermano ha vuelto y que le hagan una fiesta”.

Alégrate, hermano, seas cristiano o no, porque a otros hermanos tuyos, hijos del mismo Dios, les han “hecho una fiesta”. Al alegrarte por un cambio en las leyes - que a ti no te quita pero al otro le pone - no estás cambiando tu parecer, ni tu creencia, ni estás promoviendo algo con lo que no estás de acuerdo. Tú seguirás contando con el amor del Padre, con la protección de las leyes, pero deja que tu hermano también la disfrute, aunque no estés de acuerdo con su vida.

En eso consiste el amor, en dar y recibir con libertad, en respetar y acoger, en amar la vida y el amor en todas sus manifestaciones, sean compatibles con tu tipo de amor o no.

14 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente y sin desperdicios. No puedo estar mas de acuerdo contigo! Felicidades por tus palabras siempre acertadas y sobre todo respetuosas Simón!

JENN SANTANA dijo...

Mejor de ahí se daña...no podría estar más de acuerdo con tu publicación, como que me has leido la mente...yo también creo un Dios que es AMOR y me alegro por mi projimo.

Liz Jolie dijo...

Te envío un gran abrazo!!
Disfruta de este triunfo y de todo lo que conlleva.. Todo lo expresado aquí!!
Celebro tu alegría la cual, hago mía :)

Liz Jolie dijo...

Te envío un gran abrazo!!
Disfruta de este triunfo y de todo lo que conlleva.. Todo lo expresado aquí!!
Celebro tu alegría la cual, hago mía :)

Lizzie González dijo...

Muy objetivo tu punto de vista. excelente!

Lucia dijo...

Excelente artículo !!!

Unknown dijo...

Excelente! expande mi corazón con amor y respeto. Felicidades por este logro!

SheySuncar dijo...

Excelente, sobre todo cuando dices que hay que ser muy bruto para ELEGIR un camino tan difícil porque eso es exactamente lo que tengo años diciéndole a la gente y fue lo qe me hizo a mi entenderlos.

Gigi 0516 dijo...

Un articulo sin desperdicios.Me encanto,senti que esas palabras salian de mi misma porque esa es mi opinion porque creer que Dios los vas a rechazar por su orientacion sexual si el Dios que yo conozco es un Dios de amor.Excelente creo que has sido un instrumento del señor y espero que el te bendiga grandemente.

Unknown dijo...

Sin palabras, ni desperdicio...wow me admiro cada dia de tu forma de decir las cosas y mas que todo el respeto con que las tratas, si existiera mas el respeto a todo, no al respeto solo hacia uno, esta vida fuera diferente...ahora si un abrazote de la Cabaretera!!

Unknown dijo...

Jesús nos invita a vivir en amor. Gracias Simón Eduardo por tus reflexiones, nos hacen ver cambios ocurridos en la historia reciente de la humanidad que hoy los tenemos como parte de un sistema y que tomó tiempo cambiar y aceptar.

ALMA VIAJERA dijo...

mejor dicho no pudo estar me encantó, sentí que expresaste en tus lineas todas las cosas que sintió mi corazón esos días y ahora.
Bendiciones siempre.

gi dijo...

Si es difícil entender lo que es un derecho, por lo menos seamos compasivos, todo lo que ayude a crear paz y evitar sufrimiento a seres humanos que no hacen daño, debe ser celebrado.

En la boda de unos amigos muy queridos , leyeron el poema de Benedetti:
"te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso"

y que bueno que ahora lo tienen. Ojalá aprendamos a dejar vivir, juzgue menos y viva mas.

Sorangel Fabian dijo...

Sin desperdicios